La historia de Brujas se remonta al siglo IX, cuando fue fundada por los vikingos. De hecho, el nombre de Brujas (Brugge) se cree que deriva de la antigua palabra escandinava "Brygga" que significa" puerto "o" lugar de amarre.
Entre los siglos XV y XVII, en Europa y América, principalmente, se llevó a cabo la denominada Caza de Brujas, una época en donde muchas personas, principalmente mujeres fueron ejecutadas por la iglesia en la horca o calcinadas hasta la muerte, tras ser acusadas de practicar la brujería.
El cristianismo convirtió la imagen de la bruja en algo relacionado con lo satánico, sin embargo, el significado de la palabra es en realidad hasta algo hermoso ya que es una conjunción entre las palabras wise y woman, que juntas significan "mujer sabia" y éstas eran las encargadas de mantener, proteger y transmitir los conocimientos hasta la próxima generación.
Algunos especialistas consideran que tiene su origen en la palabra del latín vulgar “voluxa”, que significa "que vuela". Otros también creen que proviene de la palabra protocelta "brixta", que quería decir "hechizo", que podría tener que ver con la utilización de brebajes medicinales que eran capaces de cambiar el curso de una enfermedad que sin ellos, significaría la muerte, por lo que podrían ser considerados como mágicos.
Si bien la imagen típica de un brujo o de una bruja es muy variable en función de cada cultura, en el acervo popular del mundo occidental la representación de una bruja se asocia fuertemente hoy en día a la de una mujer con capacidad de volar montada en una escoba, así como con el Aquelarre (lugar de brujas) y con la caza de brujas (búsqueda e identificación de brujos y brujas). Al brujo algunos lo asocian con el vidente o con el clarividente.
Otros dicen que una bruja (en masculino, un brujo) es una persona que practica la brujería.